Salí del escenario llena de
alegría, el resto de las personas que el encargado había llamado junto a mí,
estaban allí, me felicitaron y me dieron la enhorabuena. Cogí mi mochila, con
mis cosas y decidí irme a comer a algún restaurante o bar cercano ya que la
segunda fase no sería hasta por la tarde.
Terminé de comer y volví a los
estudios, y como me sobraba tiempo, decidí dar una vuelta y explorar el sitio.
Caminé por los pasillos, ¡eso era verdaderamente gigante!, llegué al pasillo de
los camerinos, estaban los de los jueces, el presentador… y posteriormente los
de los mentores. Iba leyendo los carteles, Olly Murs, Katy Perry…One Direction,
¡vaya!, no sabía que me lo iba a encontrar tan pronto, me quede mirándolo
emocionada y pensando que ellos estarían tras la puerta. Ya los había visto
antes, pero de lejos y durante muy poco tiempo, y ahora estaba a pocos metros
de ellos. Entonces, empecé a rebuscar en mi mochila en busca del móvil, quería
hacerle una foto al cartel para enseñársela a Claudia, pero no lo encontraba,
porque lo había puesto en el bolsillo de mi pantalón. Estaba cerrando la
mochila cuando de repente, la puerta del camerino se abrió, y alguien salió
apresuradamente, se chocó conmigo, me golpeó en la cabeza de la fuerza que llevaba
y me tiró al suelo:
-
¡Ay!- dije. Me dolía mucho la cabeza, me iba a
estallar.
Alguien estaba encima de mí, era
un chico, lo supe por lo bien que olía su perfume. Siempre he creído que las
colonias de los chicos tienen sustancias adictivas para las chicas. Olía
verdaderamente bien. Abrí los ojos y me encontré frente a frente con un chico
guapísimo, tenía unos ojos verdes, de esos en los que te puedes perder y no
encontrarte nunca, preciosos. Tenía el pelo rizado dulcemente, y sonreía con
una sonrisa perfecta, que le hacía que se le formaran unos hoyuelos muy
graciosos. Podía oír su respiración de lo cerca que estábamos, era fuerte y
acelerada ya que había salido muy deprisa de aquella habitación. Y en ese
instante, me di cuenta de quién era.
-
¡Lo siento!, lo siento de verdad, no te he
visto. ¡Mierda!, te he tenido que hacer daño- dijo mientras me ayudaba a
levantarme. Su voz sonaba grave y hablaba lentamente, lo que le hacía muy dulce.
– Perdona de verdad, ¿estás bien?-
-
Eh…. Sí, supongo, bueno me va a explotar la
cabeza pero aparte de eso, estoy bien.
Pero en vez de responderme, se me
quedó mirando con una mirada que me hizo ruborizar.
-
Un momento, ¡tu cara me suena!, ¡tú!-
-
¡Yo!- dije graciosa.
-
¡No!, tú, ¡tú has cantado hoy!, ¡tú eras la que
tenía esa voz!-
-
¿Qué voz?-
-
Tu voz, es preciosa, has cantado realmente bien,
me has encantado, pero ¿Qué haces aquí? Por cierto soy Harry.
-
Pues… - Claro que sabía su nombre, pero que
estaba pasando, estaba hablando con Harry Styles después de que me hubiera
golpeado y hubiésemos estado tan cerca ahí en el suelo, y después de que me
estuviera halagando por mi voz, y yo ahí, sin decir nada como una tonta
mirándole, ¡parezco una imbécil!- Claro, Harry, ya sabía tu nombre, bueno tu
eres miembro de One Direction, soy directioner. En realidad estaba dando una
vuelta y cuando he visto el cartel del camerino, pues, y entonces tú…-
-
¡Es verdad! ¿Dónde está mi educación?, por
favor, pasa al camerino, hay que poner hielo en ese chichón o si no se te va a
hacer más grande!-
-
¿Quieres que pase?, ¿en serio? No quiero
molestar-
-
Por su puesto, los chicos están durmiendo y no
serías ninguna molestia-
Pero entonces me estaba empezando
a marear, la caída, el golpe, el haberme levantado demasiado deprisa, el estar
hablando con Harry como si lo conociera de toda la vida y luego el haberme
invitado a pasar a su camerino, demasiada presión. Me tambaleé un poco, y se me
estaba nublando la vista, cuando unos
brazos me sujetaron por la espalda…
Abrí los ojos lentamente, y lo
primero que me encontré fue, a Harry, me estaba cogiendo la mano, fuerte, como
si no quisiese que me escapase de aquel sofá, que era donde me encontraba,
seguramente Harry me había depositado allí tras el desmayo.
-
¿Estás bien?, ¡hoy no ganamos para sustos!,
¡dime que estás bien por favor!-
-
Sí, estoy bien, ha debido de ser un pequeño
mareo, ya sabes, una no ve todos los días a uno de sus ídolos, el golpe, el
calor, ha debido de ser una mezcla, perdona debo de estar haciéndote perder
tiempo- dije mientras me levantaba del sofá-
-
¡No!, por favor quédate, como tu médico
personal, ¡te digo que no estás en condiciones de marcharte hasta que no te dé
el alta!-
-
Jajajaja, está bien doctor, entonces, ¿Qué me
manda usted que haga?-
-
Pues de momento quédate aquí sentada que voy a
por el hielo y un poco de Coca-Cola para que te suban las defensas, ¡no te
muevas!-
-
No tranquilo, jajajja, aquí estaré. -
Harry se fue a otra habitación, y
yo me encontraba un poco en estado de shock, ¡todo había pasado tan rápido!,
respiré hondo y me fijé en donde estaba, debía de ser el camerino estaba lleno
de botes de refrescos y cervezas, también había alguna que otra chaqueta y más
sofás.
-
¡Aquí lo tienes!, y perdón por el desorden, no
suele entrar gente aparte de nosotros aquí.-
-
Gracias, no tenías que haberte molestado,
enserio-
-
No es molestia, tenía que hacerlo, si no hubiera
sido por mí, no te hubieras desmayado.
-
Ha sido una coincidencia que yo estuviera detrás
de la puerta. Culpa mía.-
-
¡Pues has sido la mejor coincidencia que me ha
pasado hoy!- ¿Cómo?, ¡esto era demasiado
para mí!, me puse roja como un tomate y solo sonreí, hubo un silencio un tanto
incómodo pero divertido.-
-
Bueno, ¡aún no me has dicho cómo te llamas!-
dijo él rompiendo el silencio.
-
Ah sí, lo siento, me llamo ______ -
-
Encantado de conocerte ______, es verdad, ahora
lo recuerdo. Espero que ganes en la segunda fase, te lo mereces.
Por un momento, había olvidado
todo, el concurso, el casting, todo, la segunda fase, ¡LA SEGUNDA FASE!
-
¡Oh no!, ¡mierda!, tengo que irme, ¡la segunda
fase empieza en media hora!-
-
¿Qué?, ¡no te vayas todavía!, nosotros también
tenemos que ir, asique, ¿por qué no vienes conmigo?, al fin y al cabo, vamos al
mismo sitio, y si no recuerdo mal, ¡eres de las primeras!-
-
No recuerdas mal, soy de las primeras- dije asustada.
Los nervios volvieron a mi
cuerpo, era como la quinta o la sexta de la segunda fase. Habían colgado el
cartel poco antes de irme a explorar los estudios, sabía que tenía que competir
contra otras tres chicas, porque ¡solo dos de nosotras, pasaríamos a la tercera
y última fase!, ya tenía elegida la canción, iba a cantar Halo, de Beyoncé, era una canción preciosa y que había significado
muchísimo para mí, y sabía cómo controlarla, pero aun así, la inseguridad me
invadió.
- Está bien, iré contigo pero que
sepas que me muero de los nervios.-
- ¿Sabes?, voy a decirte algo, cuando estés
ahí arriba, a punto de cantar, solo piensa una cosa: tienes un vozarrón
increíble, y no quiero que, no puedas mostrar al mundo ese don que tienes y que
sabes domarlo perfectamente. Piensa que es lo que amas hacer, y te cojan o no,
disfruta, porque, puede que la fama sea de muchos, pero la gloria, solo de unos
pocos y en ese momento, cuando todo está en tus manos, en ese momento, piensa
que eres más fuerte que el resto.-
Me quedé mirándolo como si fuera
un ángel, ese pequeño discurso que me había dado, me había inspirado la
confianza suficiente.
-
¡Vaya!, ¿de dónde ha salido todo eso?-
-
Te parecerá una tontería, pero, es lo que
exactamente sentí cuando audicioné para X Factor- dijo con una preciosa sonrisa
– ese momento, es maravilloso, asique, no estés nerviosa, solo hazlo lo mejor
que sepas.
Y dicho esto, me abrazó, me
abrazó con fuerza, pero era un abrazo perfecto, de esos en los que te sientes a
salvo, como si nada ni nadie pudiera hacerte daño mientras estás con esa
persona. Y yo volví a oler su perfume, tan irresistible, y tan agradable a su
vez.
Tan perfecto, y tan suyo.